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Nicolás Kicker, del sufrimiento a la esperanza

por Andrés Peraza
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Hay un tenista argentino que se roba todas las miradas en el Abierto de Australia, no es ‘la torre de Tandil’ Juan Martín del Potro, ni ‘el peque’ Diego Schwartzman, es Nicolás Kicker, quien contra todo pronóstico está en la tercera ronda del primer ‘major’ del año.

Nicolas Kicker Australia 2

No todo ha sido color de rosa para la ‘fiera de merlo’, como lo conocen en su país, dado que nació en esta localidad ubicada al oeste de Buenos Aires. Comenzó a jugar al tenis en el Club Kicker House Merlo que su padre Ricardo toda la vida ha administrado; es de la misma camada que Diego Schwartzman, Andrea Collarini, Facundo Argüello y Renzo Olivo, pero la mayoría eran mejores que él. “No estaba ni entre los diez primeros. ‘El peque’, además, me ganaba siempre”, confesó hace unos meses.

Entre los años 2011 y 2012 estuvo por fuera de las pistas a raíz de una fisura en la quinta vértebra lumbar. “El dolor se irradiaba en toda la pierna; sentía como que me colgaba de un hilo, me tiraba”, expresó en su momento. Como todos los tenistas empezó en los torneos de menor nivel, los ITF Futuros, a los cuales asistió con el apoyo económico de sus padres, jugó interclubes (certámenes por dinero) en Suiza, luego dio el salto al Circuito ATP Challenger Series, aun así, la situación económica no mejoraba.

“¿Cómo puede ser que esté dentro de los 200 del mundo y los ingresos no me alcancen para vivir de esto? Es una vergüenza. El tenis está para replantearse en muchos aspectos. ¿Cómo puede ser que dependa de mis padres, cuando los golfistas o los futbolistas del mismo nivel no tienen esos problemas? Me da un poco de bronca”, recordó por allá en el 2015.

Sumado a ello, se convirtió en padre muy joven, a la edad de 19 años (ahora tiene 25), y llamó a su hijo Bastian, inspirado en el futbolista alemán Bastian Schweinsteiger. “Al principio me parecía arriesgada la situación. Pero la asumí bien, tuve el apoyo de mi familia y la fui llevando lo mejor posible. Después, cuando llegó mi hijo, todo salió bien”.

Hasta hace unos meses, Kicker viajaba con una máquina de casi cinco kilogramos de peso para encordar raquetas, y así ahorrar algo de dinero, pero afortunadamente por ser viajero frecuente le permitían llevar algunos kilos de más. Otra ‘piedrita en el zapato’ ha sido la consecución de las raquetas con las cuales juega, de marca Prince rígida y pesada que no se fabrica más, y las cuales ha logrado adquirir a través de la internet.

“Recuerdo que el año pasado después de ganarle a Kyrgios en el ATP de Lyon, se me acercó un hincha italiano que sigue mucho mis resultados y me pidió que le regalara la raqueta. ¡Imposible! ¿Con qué juego?”, evocó. Es de anotar que su primera victoria en cemento la logró en esta edición del abierto de Australia, pues lo suyo siempre fue la arcilla. “El problema es que de los 8 años hasta los 22 jugué siempre en tierra, en Argentina todos los torneos son en polvo de ladrillo, también los Futuros y Challengers”.

El 2018 no empezó bien para él, dos derrotas, una en el ATP 250 de Pune y otra en el Challenger de Canberra, hicieron que su entrenador Juan Pablo Góngora le halara las orejas. “Fuimos a dos torneos antes de Australia, jugó muy mal, negado de actitud. En Canberra perdió con un francés 400 del mundo, también mal de actitud, jugó con la cabeza gacha. Le dije: ‘Macho’, tenés que cambiar. Nos vinimos hasta acá y no pones actitud. Pasamos año nuevo en India, lejos de tu hijo, y no dejas todo’. Obviamente él no quiere entrar en la cancha y no luchar, pero le salió así. Por suerte la charla sirvió y se dio cuenta de que puede ganar partidos en cemento. La actitud es algo en lo que hay que insistirle todo el tiempo. Pero la tiene, por eso me da bronca cuando no la pone”, relató su coach.

Los 142.500 dólares australianos por avanzar hasta la tercera ronda le permitirán no pedirles más dinero prestado a sus padres Ricardo y Mariana por un buen tiempo, pero no se conforma, quiere más. “Estoy muy contento porque hasta acá había ganado muy pocos partidos en cemento. Oficialmente y por un cuadro principal, ninguno. Y ahora voy por el tercero. Impensado” concretó Nicolás.

En los próximos días deberá tomar una decisión que puede cambiar su rumbo, pues Austria, país del que sus abuelos paternos viajaron a Argentina tras la Segunda Guerra Mundial, a buscar un mejor futuro, le coquetea para juegue Copa Davis por ese país, dado que tiene pasaporte austriaco. Por el momento, Nicolás disfrutará su luna de miel con el cemento y buscará avanzar hasta la cuarta ronda, donde podría verse las caras con Roger Federer, su ídolo.

[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/532902040893022209/gonhrGnQ.jpeg” ]Francisco Vargas: Twitter @VargasPacho. Periodista especializado en tenis con una experiencia de 8 años en los diferentes circuitos de la ATP y WTA. Voice Over en eventos internaciones. [/author]

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