Federer festejó su 97° título ATP, luego de imponerse sobre Grigor Dimitrov, en sets corridos, con parciales de 62- y 6-2 en apenas 55 minutos de partido.
Ya no hay más adjetivos para describir lo que hace Roger Federer cada vez que sale a una cancha de tenis. Arribó a Rotterdam a último momento, motivado por la posibilidad de convertirse en el N°1, luego de más de cinco años. Lo consiguió, se subió al trono del circuito masculino, pero él quería ir por más. Y también lo consiguió.
Esta vez, su víctima fue el campeón del último Torneo de Maestros. Selló su tercera corona en el torneo holandés con la combinación del ‘saque y volea’ que tan buenos resultados le han dado a su juego, desde que regresó en enero de 2017. Ganó en 2005 ante su hoy entrenador, Iván Ljubicic; repitió en 2012, venciendo a Juan Martín Del Potro y este año sumó su 7° triunfo consecutivo -en siete precedentes- sobre el búlgaro Dimitrov.
“Definitivamente, es una de esas semanas que no voy a olvidar nunca en mi vida”, apuntó el campeón. “Es increíble conseguir mi título número 97 y volver a ser el N°1. Es muy especial”. Y luego, continuó “Jugué un gran primer y último partido (…) En el medio fue una batalla por contener los nervios y mis expectativas de poder retomar el primer puesto del ranking”
El suizo llegó así a 20 trofeos ATP 500, consiguió su victoria número 214 sobre rivales top 10 y se acercó un poco más al centenar de títulos a nivel profesional (97).
Tras el encuentro, Dimitrov se refirió a su verdugo. “Es increíble al nivel que está jugando a lo largo del año. Si no juegas al 100% contra él, es imposible conseguir la vitoria”, comentó el nacido en Haskovo, que también habló de sus sensaciones durante el encuentro. “Creo que he hecho una muy buena semana, venciendo tenistas de renombre y volviendo a mostrar mi mejor versión”.
A partir de mañana, el oriundo de Basilea aparecerá como el N°1 de manera oficial y, de paso, comenzará su semana 303 como líder del escalafón masculino (récord absoluto).
Redacción Match Tenis
