Inicio RINCÓN TÉCNICO DE BERÓN NUNCA HAY QUE DEJAR DE SOÑAR

NUNCA HAY QUE DEJAR DE SOÑAR

por Andrés Peraza
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En este artículo no les voy a hablar de técnica, ni de táctica del tenis. En esta oportunidad les voy a contar un testimonio de la vida real.

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Esta es la historia de un niño tímido e introvertido, pero al mismo tiempo muy soñador. Empezó a jugar tenis a los 13 años, una edad muy tardía según los cánones para llegar a ser un buen jugador competitivo.

Proveniente de una familia materna muy tenística. Lo que lo motivó inicialmente, era poder jugar tenis con su abuelo, porque el deporte que realmente le gustaba era el fútbol, deporte en el cual se desempeñaba bastante bien. Soñaba llegar a jugar en su amado Deportivo Cali.

Tuvo la fortuna de tener como su primer profesor de tenis a un ser humano extraordinario, el “Negro Heladio Calero” que no sólo le enseño a jugar tenis, sino que también era un gran formador y motivador.

Fueron unos inicios alegres, pero difíciles. En esa época eran raquetas de madera. Aprendió a jugar con agarre “continental” de derecha y el revés, sólo cortado, era difícil entrenar (en el club sólo había 3 canchas y la prioridad la tenían los adultos), pocos torneos y las oportunidades escasas.

Su técnica no era muy buena, pero su nivel fue mejorando con base a mucho trabajo y su gran espíritu competitivo. Sus sueños empezaron a cambiar. Ya quería ser tenista y sus primeros sueños a los 14 años eran clasificar a los torneos nacionales, era más un sueño que una meta. Digo “sueño” por la forma como lo vivía, armaba una película donde él era el personaje principal y en esa película soñaba despierto jugando torneos nacionales, viviendo cada partido y cada triunfo como si fuera real, sintiendo las emociones de la competencia y del ambiente de los torneos.

Esos sueños, esa “película” se hicieron realidad a los 16 años. Gran parte de lo que se había imaginado, se fue cumpliendo y sin saberlo, en ese momento inició un proceso que muchos años después se daría cuenta que se llama LEY DE ATRACCIÓN.

A medida que transcurría el tiempo los sueños fueron variando, la realidad fue cambiando. Se dio cuenta que no tenía ni las condiciones ni los recursos necesarios para llegar a ser un jugador profesional, pero su pasión y su amor por el tenis seguían intactos y sin darse cuenta los sueños pasaron de ser jugador a ser entrenador.

A los 19 años deseó ser capitán de Copa Davis, soñaba con ser el mejor entrenador del país y la “película en su cabeza” empezó a recorrer los mejores torneos del mundo. Se imaginaba como entrenador en Australia, en Roland Garros, en el US Open, en el estadio principal de Wimbledon dirigiendo un jugador, viajando y triunfando por el mundo.

Sin darse cuenta empezó a recorrer el camino para alcanzar sus sueños, fue un proceso de 25 años, donde inició y me excusan la redundancia, desde el principio, o sea, con jugadores infantiles y juveniles en torneos departamentales y nacionales. No sin antes, enfrentarse contra el primer estigma: “ser entrenador de tenis no es una profesión valorada y sólo son entrenadores los que se formaron desde “cadies”. Para él, esto nunca fue un impedimento, ni vio la diferencia, pero sí lo llevó a ingresar a la universidad y estudiar una carrera que le sirviera de complemento a su sueño: psicología.

Su ascenso se fue dando poco a poco, no se saltó ninguna etapa del desarrollo de un entrenador. De los torneos nacionales pasó a las giras COSAT, (8 giras, 10 países, 10 semanas cada gira) después a los ITF Juniors, incluidas Giras Europeas y Grand Slams Juniors, Capitán de equipos nacionales juveniles, y capitán en 4 mundiales juveniles.

Los sueños continuaban y el proceso también, llegaban los torneos profesionales, el Circuito de Satélites y los torneos Futuros, muchas ‘Qualys’, muchas primeras rondas, y giras largas. Los grandes sacrificados, su familia, que siempre lo apoyaba y lo esperaban en casa para tenerlo durante pocos días, para volver a arrancar a seguir buscando ese gran sueño.

Los triunfos empezaron a llegar. Con esfuerzo, dedicación, el apoyo de un patrocinador, y el pertenecer a un Equipo, el camino continuó en los torneos ‘Challengers’ y el difícil inicio en los circuitos ATP y WTA.

Se empezaron a cumplir sus sueños. Dos años Capitán de Fed Cup y 5 años Capitán de Copa Davis. A los 19 años se había imaginado sentado dentro de la cancha como Capitán de Colombia y 20 años después, allí estaba dirigiendo a los mejores jugadores del país, los mismos que había ayudado a formar desde que eran unos niños.

Superado el primer estigma, se inició la lucha contra el segundo: “para ser buen Coach en el circuito ATP, había que haber sido jugador profesional”.

Nunca se preocupó por desmentirlo, sólo se dedicó hacer bien su trabajo y a demostrar con hechos, que eso es un paradigma. Para ser un buen coach se necesita mucho más que simplemente haber jugado tenis profesional. Él demostró que, a base de estudiar, prepararse, talento, respeto, habilidad para conectarse con los jugadores y mucha dedicación, se puede llegar a lo más alto del tenis mundial como entrenador.

A los 40 años entendió que toda su vida se la había pasado mentalizando sus sueños y que aún lo continuaba haciendo. Muchos de esos sueños se habían hecho realidad.

A esa edad, también conoció la “Ley de Atracción” y cómo con nuestros pensamientos podemos atraer tanto lo bueno como lo malo, y de ahí la importancia de pensar en positivo. Entendió que eso era lo que había hecho toda su vida.

Los sueños se siguieron cumpliendo. Logró llegar a lo más alto del Circuito ATP y llevar a un jugador a los 30 primeros del ranking mundial.

Un día estaba sentado en el palco como entrenador en la cancha central de Wimbledon, su jugador enfrentaba en tercera ronda a su “majestad” Roger Federer. Estando ahí sentado tuvo una sensación extraña, como si ya hubiera vivido ese momento. Lo había soñado 30 años antes. Se le aguaron los ojos y la “piel se le puso de gallina”; no lo podía creer, su sueño se hizo realidad.

Nunca hay que dejar de soñar y acompañar los sueños con disciplina y respeto. Si realmente lo deseamos, los sueños se convierten en realidad.

El secreto está en ser coherente entre lo que se dice, se piensa y se hace.

[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/643225394565484544/_psHlZi3.jpg” ]Felipe Berón, Twitter @pipeberon: psicólogo de la Universidad Javeriana de Cali y entrenador de tenis de alto rendimiento, con una experiencia de más de 20 años en la élite del deporte blanco. En su palmarés está el haber sido capitán del equipo colombiano de Fed Cup, Copa Davis; además entrenador del equipo Colsanitas y de Santiago Giraldo.[/author]

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