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DIMITROV: DE ETERNA PROMESA A MAESTRO

por Andrés Peraza
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Desde 2008 se escuchaba en el mundo del tenis un nombre, uno de esos que se escuchan en tantas ocasiones porque logran una buena victoria, o se les ve mucho talento en su etapa de juveniles: Grigor Dimitrov, ese era el chico a seguir después de su victoria en Wimbledon en juveniles.

Dimitrov maestro

Grigor fue creciendo esa promesa y lo ratificó con el título de US Open, en la misma categoría, y así puso fin a su carrera en ‘junior’, para dedicarse al circuito mayor con tan solo 17 años. Con el paso de los torneos en los que se fue haciendo más visible el búlgaro, una voz común se hizo eco en todo el mundo: “Los golpes del chico son muy similares a los de Roger Federer”. Sin duda un honor para él, que siempre lo vio como un modelo a seguir, aunque se convirtió en un gran problema cuando empezaron a llamarlo ‘baby Federer’.

“Creo que he sido comparado con él (Federer) demasiado pronto”, reconoció Dimitrov en palabras recogidas por TWI, en 2015. “Al comienzo me gustaba, era divertido, pero luego se me ha hecho pesado. La comparación me ha machacado un poco y la gente sólo hablaba de eso. De alguna manera me ha hecho daño.

Cuando apenas despuntaba talento en torneos menores, logró una invitación a Rotterdam 2009, y fue ese el momento donde todo el mundo empezó a esperar al próximo heredero del tenis mundial. Primera ronda derrota a Tomas Berdych, y se gana la oportunidad de enfrentar a Rafael Nadal, cayendo con el español, pero forzándolo a un tercer set, en un partido muy cerrado.

Las temporadas fueron avanzando, llegaban momentos de ilusión, pero no lograba entonces consolidarse, siempre buscaba un juego más espectacular. “No me gustaba hacer definiciones sencillas, prefería los puntos espectaculares, aunque eso ya cambió y entiendo que hay que ganar, no solo hacer los mejores puntos”, contó Dimitrov temporadas atrás.

A finales de 2014 Dimitrov ilusionó al mundo del tenis arribando al 8° puesto del escalafón, jugando a un nivel altísimo, ya había sumado una importante victoria sobre Novak Djokovic, y se mostraba como una opción real de cara al cambio generacional. Sin embargo, su inestabilidad en la cancha a la hora de definir los partidos, seguía siendo una deuda. En 2015, logró mantenerse entre los 20 mejores y logró una grandísima victoria en Wimbledon sobre Andy Murray, campeón defensor.

En julio de 2016, ya con 25 años cumplidos, la promesa empezaba a evaporarse, la gente hablaba siempre “tiene mucho talento, pero otra promesa que se quedó ahí”, Dimitrov entró en un fuerte descenso en su carrera, coincidiendo con el fin de su relación con Maria Sharapova , y llegó a bajar hasta el número 40°, ya cuando otros jóvenes empezaban a aparecer y a mostrarse por encima de él, presión extra para el búlgara, que tampoco encontraba el camino, raquetas rotas, malas decisiones y total incomodidad en el campo, hacían pensar lo peor de una carrera que estaba destinada al olimpo del tenis.

El final de 2016 marcó una nueva ilusión para Dimitrov, Daniel Vallverdú se unió a su equipo y empezaron a trabajar juntos en busca de retomar el camino perdido, y seguros de que la temporada 2017 podía ser la mejor para él.

Como no podía ser distinto, empezó en Brisbane ganando el título y un gran Abierto de Australia, donde llegó a un gran nivel y cedió con Nadal en semifinales, pero mantuvo la expectativa de un buen 2017, título en su casa, en Sofía sobre David Goffin y el momento más grande de su carrera lo esperaba en Agosto, en la gira norteamericana, grandes victorias en su semana, en Cincinatti hicieron que el jugador eterna promesa, se volviera por fin un animador serio, un aspirante a los títulos importantes, y su primer máster 1000 le abrió la puerta del Torneo de Maestros.

Semifinales en Beijing, cuartos de final en Shanghai (ambas cayó con Nadal) lo dejaron muy cerca de estar entre los ocho mejores del año, consolidado su puesto, luego de caer en la final de Estocolmo con Del Potro, hizo octavos de final en París, y la preparación total para encaminar el último torneo de la temporada, el Torneo de Maestros.

Toda la semana el búlgaro jugó a un altísimo nivel de tenis, desde el primer partido demostró ser un serio aspirante al título, con una buena victoria sobre Thiem, juego superlativo frente a Goffin(6-0 y 6-2) y Carreño Busta (6-1 y 6-1), para asegurar el número 3° solo por detrás de Rafael Nadal y Roger Federer. Sock y nuevamente Goffin, fueron los rivales a los que tuvo que vencer Dimitrov para consagrarse, para soltar un grito de desahogo , para desplomarse en el suelo y llorar como un niño, ese mismo niño, que esperaba llegar ahí algún día, ese mismo niño, que en este 2017 se graduó como MAESTRO.

[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/854360666370658308/jkEDM2UQ.jpg” ]”Juan Pablo Galvez Beayne, comunicador social y periodista deportivo, especialista en tenis, en Twitter como @jpbeayne”[/author]

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