Inicio ATP CUESTIÓN DE DETALLES

CUESTIÓN DE DETALLES

por Andrés Peraza
12 vistas

Novak Djokovic vivió turbulencias pero resurgió como los número uno del mundo. Kei Nishikori fue capaz de retarlo a tres sets pero falló en el decisivo, cuando la tensión se siente en el ambiente. El serbio llega a su cuarta final en Copa de Maestros e irá por su tercera corona consecutiva.

Foto: reuters

Foto: reuters

Las semifinales siempre son otro hueso, uno más duro y rígido. Y eso lo sintió en carne propia Novak Djokovic, quien se paseó en su andar por el round robin pero sintió la derrota más cerca de lo habitual. Al final sacó la casta, una de esas tantas vidas que poseen los mejores del mundo y venció por 6-1, 3-6, 6-0 a Kei Nishikori, que fue de menor a mayor y luego otra vez a menor pero dejó demostrado que sus intensiones de batallar ante los grandes son una realidad.

El concierto de Djokovic en el primer set fue lo más estoico posible. Un avivamiento de las abultadas victorias que generó en la fase de grupos, donde ninguno de sus contendientes fue capaz de medir fuerzas ante él. Novak estuvo tan afinado que Nishikori no fue competente para seguir el ritmo, para aguantar las tonadas que emergían de la raqueta del número uno. Hubo partido hasta el 1-1 pero luego todo se decantó, fue un baile en el mejor de los discos, donde el japonés quedó abrumado y escondido bajo la sombra del escenario. El saque del serbio fue su principal arma mientras que su rival demostró una vez más las falencias que está arrastrando con ese golpe. Djokovic apretaba y el juego quedaba a su lado.

Y todo pudo haber sido fácil, un trámite para el reciente padre. Empezó con quiebre en el amanecer pero con una doble falta puso igualdad en el tanteador. Desde ahí la concentración se esfumó y el aliento del público hacia el de Shimane fue más ensordecedor, era un pedido a gritos de que el partido fue igualado, que se mostrara el nivel de dos jugadores Top 5. Nishikori agarró la raqueta con firmeza, le puso más pimienta a su servicio y plantado en pista imprimió potencia, esa que es capaz de descolocar a uno de los jugadores con mejor resto y una defensa como los dioses. ‘Nole’ entró en una telaraña de la que le fue difícil salir, Nishikori lo hizo su presa y le puso a tambalear en el O2 Arena.

Pero todo es cuestión de detalles, cuestión de mantener una intensidad ante los mejores. El asiático inició al mismo ritmo en el tercero, dispuso de dos bolas de quiebre y ambas las dejó en la red. Un game para anotar. Djokovic se alimentó de las inconsistencias de su rival y creció en demasía, sacó su fiera interna y dejó inmutado al cinco del mundo. Lo aniquiló primero desde la mente, luego en la pista. Todo pasó a segundo plano; Djokovic tenía más que un pie en la final y Nishikori no sabía de dónde encontrar fuerzas, de dónde sacar explicaciones. Falló cuando tuvo su chance. ¿Qué hubiera pasado si quebraba? Cuestión de detalles.

Djokovic sacó la estirpe de los grandes y avanzó a su cuarta final en Copa de Maestros. Caminando entre espinas vio peligrar su tercera final consecutiva pero logró atravesar. Ya son 31 partidos sin verse derrotado bajo techo y eso es una intrepidez que piensa poner como bandera el domingo. Roger Federer intentará dar de baja al bicampeón maestro.

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

También te puede gustar

Deja un comentario

* Al utilizar este formulario usted acepta el almacenamiento y tratamiento de sus datos por parte de este sitio web.